Hace casi un año ya, bajo el paño estrellado casi infinito que es el cielo del Cajón del Maipo, al calor de una fogata y tras derrotar una segunda botella de vino, Felipe y yo tuvimos una idea. Eventualmente esa idea se convirtió en un proyecto, y ese proyecto hoy es una realidad: la ciudad de Nueva Avalón.
Quisimos explorar el efecto que tiene el ambiente en las personas; en este caso, los personajes. Porque no somos seres habitando el vacío: nuestro entorno genera una presión constante e ineludible que moldea nuestra cosmovisión, da forma a nuestro comportamiento y —finalmente— nos hace elegir si queremos ir por la vida transitando por el sendero de la luz, o entre las penumbras de la moralidad humana. En consecuencia nadie es completamente bueno, o totalmente malo: somos el producto de un sistema mucho más grande que existe a pesar de nuestra efímera existencia.
Todo lo anterior considerado; el ambiente se torna un personaje en sí mismo: Nueva Avalón es la protagonista de nuestra historia.
Acompañemos al Meiden a vender yerba al estacionamiento del Ecos de Avalón Arena, escuchemos el último disco de Franarrá y percnoctemos en La Hemorragia: con algo de suerte, sobrevivimos la noche.
Reciban nuestra invitación a explorar este nuevo mundo juntos. La primera de las historias queda aquí a su disposición… y vienen varias más. Pronto les tendremos novedades al respecto.
Por ahora, sean bienvenidos a Nueva Avalón: donde todo se paga con una misma moneda.
Víctor y Felipe